Para nadie es un secreto que al efectuar cualquier trabajo siempre se genera calor, ya que una parte de la energía que se utiliza para efectuar dicho trabajo siempre se disipa térmicamente hacia el exterior, en mayor o menor medida, dependiendo de la eficiencia del sistema.
Un ejemplo de esto, podría ser el recalentamiento de un motor eléctrico o de un fluido hidráulico circulando por tuberías, entrando y saliendo de válvulas de control y calentándose por fricción.
Lo que no todo el mundo conoce, es que esta energía en forma calor debe ser controlada a través de sistemas de enfriamiento o refrigeración. De no hacerlo, los componentes involucrados se degradan, funden o pierden eficiencia, al punto de que el sistema al cual pertenecen podría colapsar, con cuantiosas pérdidas económicas.
En el ámbito de la ingeniería industrial se suele medir la calidad de un proceso en función de la variabilidad del mismo. Por eso mantener una temperatura estable en un proceso industrial, independientemente de la demanda de trabajo, se hace cada vez más necesario.
Para lograr un control eficiente de la temperatura en los circuitos oleohidráulicos, se debe tomar en cuenta dos aspectos:
Conocer los límites de funcionamiento del sistema:
En un circuito oleohidráulico el aceite debe mantener en un rango de temperatura óptima para asegurar un perfecto funcionamiento de los elementos que en él se encuentran y así maximizar su vida útil.
Por una parte, el exceso de temperatura degradaría o cambiaría las características físicas del aceite mineral o sintético (como su densidad) haciendo que el poder lubrificante disminuya, con devastadoras consecuencias para bombas, cojinetes, cilindros o cualquier otro elemento del sistema. Igualmente, el calor dañaría las juntas, produciendo fugas.
Por el contrario, un descenso excesivo de la temperatura también podría hacer que el aceite utilizado aumente su densidad, incrementando el consumo eléctrico de las motobombas y las pérdidas de carga.
Asegurar la estabilidad en la temperatura:
Si el proceso involucra el mecanizado de piezas, en el cual se refrigera con fluidos de aceites de corte o emulsiones, el control de la temperatura es esencial, ya que la exactitud en la producción de las piezas dependerá de qué tan estable se mantenga el fluido de refrigeración.
Conocer y maximizar un proceso en términos de producción y de calidad es labor de la ingeniería industrial. Un experto en sistemas de refrigeración industrial conoce bien los límites de funcionamiento de los componentes de un proceso, y le recomendará el cálculo y la utilización de sistemas de refrigeración de la más alta calidad, adecuados para cada caso en particular.
Los sistemas de refrigeración industrial estándar por lo general son autorregulables, sin embargo existen otros que cuentan con modificaciones especiales para garantizar una exactitud en la estabilidad de la temperatura, de los cuales hablaremos más adelante.
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